domingo, 6 de agosto de 2017

Cómo tratar o eliminar las cicatrices



Cómo explicábamos en el post anterior existen diversas formas de tratar o eliminar las cicatrices, en función de su tipología. Los dermatólogos optan por una terapia personalizada basada en las características del paciente, la procedencia y evolución de la lesión.


La doctora Marisol Contreras Steyls, especialista de la Clínica Dermatológica Dr. E. Herrera, nos explica cómo se utilizan en este ámbito los sistemas de corticoterapia, crioterapia, Láser y Luz Pulsada o los tratamientos con silicona.

Las cicatrices hiperpigmentadas pueden aclararse de forma acelerada y con muy buen resultado utilizando láseres capaces de calentar la melanina, como el láser de Alejandrita Q- switched o la luz pulsada intensa (IPL). También podemos ayudarnos con peelings despigmentantes y/o despigmentantes de aplicación tópica en casa. Hay que evitar exponer al sol las cicatrices sin usar protección.

Luz Pulsada Intensa/IPL y láser neodimio yag

Las cicatrices hipopigmentadas pueden tomar algo de color sin son estimuladas con luz ultravioleta de banda estrecha siempre que existan algunos melanocitos residuales que pudieran migrar hacia el interior de la cicatriz.Las cicatrices atróficas son las más beneficiadas de los avances en tecnología láser. 

El Láser co2 fraccional ablativo trata epidermis y dermis, y tras su uso se requiere de algún tiempo de convalecencia. El Láser fraccional no ablativo no afecta a la epidermis, solo calienta la dermis, y la recuperación es más rápida. Si la cicatriz no es muy profunda también nos serán de utilidad los peelings químicos.

Laser Pixel co2

Las cicatrices hipertróficas suelen ser más difíciles de tratar que los queloides; además las cicatrices más antiguas responden peor a cualquier tratamiento.

En el caso de las queloides, ninguna de las posibilidades terapéuticas se ha mostrado más eficaz que el resto. La elección del tratamiento dependerá de la valoración individualizada del paciente según la extensión y profundidad de la lesión (tamaño, grosor, grado de inflamación, consistencia), así como de su localización, tiempo de duración, sintomatología asociada y compromiso estético. La edad del paciente y su tolerancia a los tratamientos también son factores a tener en cuenta. Ante este tipo de cicatrices, la prevención es esencial. Es imprescindible valorar la presencia de queloides previos o antecedentes familiares en pacientes de riesgo. Así mismo evitar la tensión en los tejidos al cerrar heridas quirúrgicas.

En general, el tratamiento quirúrgico de las queloides no suele funcionar e incluso a veces ocasiona empeoramiento y/o recurrencia de la propia cicatriz.
 


Ponemos ahora el foco en la corticoterapia local intralesional, un tratamiento de primera línea en el tratamiento de cicatrices patológicas queloides, mientras que su aplicación tópica es de utilidad limitada, ya que no penetra bien en la cicatriz. La administración intralesional puede aplanar y ablandar las queloides o las cicatrices hipertróficas, si bien raramente consiguen hacer desaparecer la lesión por completo. Como efecto adverso podemos ver hipopigmentación, atrofia y telangiectasias, sobre todo si son tratamientos prolongados. El compuesto más utilizado en este tratamiento es acetónido de triamcinolona. Las infiltraciones que deben realizarse suelen ser algo dolorosas y se repiten aproximadamente cada 4-6 semanas.

La doctora Contreras Steyls también explica cómo son los tratamientos con crioterapia, que basa su eficacia en la provocación de un daño celular directo y de la vascularización, por ello las lesiones más fibróticas resisten mejor este proceso. Los mejores resultados se obtienen en las cicatrices hipertróficas, especialmente las situadas en tórax, hombros y espalda. Se pueden realizar sesiones cada 4-6 semanas consiguiéndose un aplanamiento de las cicatrices pero normalmente se mantiene la textura y color anormal de éstas. Es un tratamiento doloroso y con riesgo de hipopigmentación en pieles oscuras, por lo que suele ser mal aceptado por los pacientes.

Para el tratamiento de las cicatrices queloides, se han utilizado diversos tipos de láser (CO2, argón, neodimio-Yag y colorante pulsado). El empleo de láseres vasculares es más reciente y hay referencias positivas con respecto al tratamiento con láser de colorante pulsado (585nm) y Neodimio-Yag (532mm). Son tratamientos poco agresivos y que ofrecen buenos resultados graduales a lo largo de varias sesiones.

Láser CO2

También se ha usado la radioterapia local sola o tras la escisión quirúrgica. Conlleva efectos secundarios como fibrosis o riesgo de neoplasias en el tejido adyacente, por lo que solo se recomienda como última opción y en casos intensos o refractarios.

Otras opciones de tratamiento  de hipertróficas y queloides incluyen fármacos inmunomoduladores como Imiquimod. Se ha demostrado que su aplicación tras la exéresis de queloides auriculares disminuye el riesgo de recidiva, aunque las lesiones pueden reaparecer tras suspender el tratamiento. Otros fármacos inmunomodulares que se han utilizado en el tratamiento de los queloides incluyen el interferón-alfa, pero su uso actual está desaconsejado por falta de resultados; 5-Fluoracilo , con el que varios estudios ha descrito la eficacia de su administración intralesional; bleomicina, en cuyo caso la infiltración intralesional es una opción si hay resistencia a los corticoides intralesionales; retinoides tópicos, con escasos reportes usando tretinoína tópica al 0.1-0.5%; y Factor de tranformación Beta-3, con uso intralesional tras la cirugía en casos aislados.

Por último, hacemos referencia a las terapias oclusivas y, de todos los tratamientos no invasivos, el uso de silicona tópica se ha convertido en la terapia de referencia. En la actualidad se utilizan en láminas o en gel. Ambas pueden aplicarse sin necesidad de presión local y tienen la misma eficacia e indicaciones. Se ha demostrado la eficacia de estos parches en queloides y cicatrices hipertróficas, tanto como profilaxis (antes de que aparezcan) como tratamiento postoperatorio, debiendo utilizarlos sólo sobre piel intacta. Debe mantenerse al menos 12h al día. 

Como siempre, ya sabes que tienes un problema concreto con el cuidado de tu piel debes acudir al dermatólogo. No obstante, si te quedan dudas, sobre este u otro tema dermatológico o dermoestético, escríbenos al correo electrónico clinicaeherrera@gmail.com o contacta con nosotros en Avenida Manuel Agustín Heredia Nº12, 5º Izq.29001 Málaga; Teléfono: 952 224 028; Móvil: 671 600 826.


lunes, 24 de julio de 2017

Y tú, ¿qué tipo de cicatriz tienes?



Quien más y quien menos tiene una cicatriz en alguna parte de su cuerpo, ya sea producida por una operación quirúrgica, un traumatismo o cualquier otro accidente. En ocasiones, estas marcas están en lugares muy visibles del cuerpo y pueden resultar antiestéticas para quien las padece, lo que lleva a plantear su eliminación.

Pero antes de pensar en un tratamiento, los especialistas deben analizar qué tipo de cicatriz es y cómo se formó, para así recomendar el mejor método para eliminarla. La doctora Marisol Contreras Steyls, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Dr. E. Herrera, nos explica en este post, qué son, qué tipos hay y cómo se pueden tratar las cicatrices.

En primer lugar debemos aclarar que las cicatrices son “una respuesta fisiológica normal del organismo ante una alteración de los tejidos que lo componen”. Su proceso de maduración, es decir, la formación total de una cicatriz, suele durar alrededor de un año, aunque “en pacientes menores de 30 años maduran más despacio y con peores resultados estéticos finales que en los mayores de 55”, aclara la doctora Contreras.

Por tanto, conviene enumerar las diversas variables clínicas que influyen en la capacidad de cicatrización de cada paciente:

  • La localización anatómica. Hay zonas que regeneran por completo -como las encías-, frente a zonas de cicatrización de “mala calidad” –como ocurre en la espalda y el tórax-.
  • El sexo. Las mujeres fértiles cicatrizan peor que las posmenopáusicas y que los varones, debido a la influencia de los estrógenos.
  • La raza. La raza negra cicatriza peor que la caucásica.
  • La edad. Como hemos comentado anteriormente, repercute en la formación de la cicatriz. Cuanto mayor es el paciente, más rápido y mejor madura la lesión. Los pacientes jóvenes tienen una peor cicatrización.
  • El tamaño de la herida y contaminación local. Las heridas más grandes tardan más tiempo en cicatrizar y más aún si existen factores externos que las contaminen.
  • Predisposición genética.

En cuanto a la tipología, de forma general se puede decir que hay cinco clases de cicatrices, las normotróficas hiperpigmentadas, las normotróficas hipopigmentadas, las atróficas, las hipertróficas y las queloides:

  1. La cicatriz hiperpigmentada presenta una coloración más oscura fruto de un mayor grado de melanogénesis (mayor formación de melanina). 
  2. La cicatriz hipopigmentada tiene un color más claro que el resto de la piel sana, la razón es que la piel es incapaz de producir melanina en esa zona, como secuela del traumatismo que la originó. Son cicatrices donde hay una total ausencia melanocitos (células que producen la melanina). Por eso, son bastante más difíciles de resolver que las anteriores.
  3. La cicatriz atrófica. En este tipo, la destrucción tisular que originó la cicatriz, es decir, la desaparición de tejido de la piel, fue de tal intensidad que el proceso de reparación no es capaz de “volver a rellenar” la carencia de tejido por completo. Esto es típico en las cicatrices del acné, que a veces simulan un piqueteado.
  4. La cicatriz hipertrófica. Es una forma patológica de cicatrización excesiva que surge normalmente dentro de las 4 primeras semanas tras la herida inicial y sin sobrepasar los márgenes originales. Crece después rápidamente durante los primeros meses (hasta un año) y más tarde remite espontáneamente.
  5. Las queloides. Son cicatrices exuberantes que pueden aparecer de forma más tardía, crecer inicialmente y después continuar proliferando de forma indefinida hasta afectar zonas vecinas. Las zonas más afectadas son la preesternal, hombros, cuello, tercio superior de la espalda y lóbulos auriculares.

Aunque son dos tipos de cicatrices distintas, las hipertróficas y queloides se incluye en el mismo espectro lesional. Ambas son formas patológicas de cicatrización excesiva en individuos genéticamente predispuestos, tras una lesión que puede ser traumática, inflamatoria o quirúrgica. Además, pueden ser secundarias a diversos procesos dermatológicos, como el acné, foliculitis, piercings, tatuajes o quemaduras. Por razas, la cicatrización patológica es más frecuente en poblaciones asiáticas (china y polinesia sobre todo). Los queloides son más frecuentes en individuos de piel más oscura y en la raza negra, en los que son 15 veces más frecuentes que en la raza blanca. En los pacientes afrocaribeños pueden aparecer queloides hasta en un 16% de la población.

Finalmente, existen diversos métodos para la eliminación de cicatrices y la tecnología más avanzada es un gran aliado. Laser, Luz Pulsada, corticoterapia o crioterapia son algunos de los tratamientos utilizados por los dermatólogos. Dado que la eficacia no siempre es del cien por cien, porque depende mucho del tipo de lesión, los especialistas optan en la mayoría de los casos por un procedimiento individualizado, especialmente diseñado para cada paciente.

En el próximo post detallaremos los diversos tratamientos para eliminar las cicatrices o, cuanto menos, minimizar su impacto visual. 

Como siempre, ya sabes que tienes un problema concreto con el cuidado de tu piel debes acudir al dermatólogo. No obstante, si te quedan dudas, sobre este u otro tema dermatológico o dermoestético, escríbenos al correo electrónico clinicaeherrera@gmail.com o contacta con nosotros en Avenida Manuel Agustín Heredia Nº12, 5º Izq.29001 Málaga; Teléfono: 952 224 028; Móvil: 671 600 826.